Laura Sandez (Ensenada, 1992) es Licenciada en Artes Plásticas por la Universidad Autónoma de Baja California, Campus Ensenada (UABC). Sus principales disciplinas son la ilustración en acuarela, los medios mixtos, la edición digital y el collage.

En cuanto a su producción, esta se centra en la creación de paisajes y personajes ficticios; ya sea como elementos de intervención o como personajes principales. Sus piezas son producto de procesos análogos y digitales que dan como resultado imágenes únicas, donde la unión de elementos se transforman en una nueva historia por contar.

Lucas Raven (Ensenada, 2000) es egresado de la Facultad de Artes en Ensenada de la Universidad Autónoma de Baja California. Su interés por las artes surge a partir de la observación de distintas disciplinas: pintura, música, danza, literatura y el cine. A partir de ello, surge la necesidad de compartir su visión personal del entorno que lo rodea, transformando la visión real en mundos de abstractos.

José Daniel E. Peralta (Ensenada, 1996) estudió la Lic. En Artes Plásticas en Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Baja California Campus Ensenada (UABC). Es fundador y coordinador del Taller de Gráfica ‘’La Kalak’’.

Su producción actual se basa en la experiencia médica y explora los materiales antisépticos y soportes alternativos para la construcción de imágenes abstractas. Peralta explora distintas técnicas para aludir a la descomposición del cuerpo humano.

Denisse Medina (Ensenada, 1983) es diseñadora e ilustradora con formación independiente en artesanías contemporáneas, narrativa gráfica y artes visuales. Se especializada en branding e ilustración para proyectos con alma y respeto por el entorno natural.

Desde pequeña aficionada a la introspección, el dibujo y la escritura como herramienta para procesar el mundo. Con una afición por las cosas viejas, colecciona objetos que la encuentran, anhelos y nostalgias. Separa y clasifica momentos con canciones, fotografías mentales de mareas, plantas con sensaciones y muchas preguntas en carpetas imaginarias que se traspapelan.

Desde su introducción a nuestro país en 1826 -ya despojado de su vena europea- el grabado se adopto y se mantuvo como una harramienta de comunicación, de denuncia social y de enseñanza. No muy lejos estan los tiempos de Manilla (Ciudad de México, 1830), de Posada (Aguascalientes, 1852), de Méndez (Ciudad de México, 1902), que con herramienta en mano y empeñados en señalar al tirano, nos heredaron una tradición que se resiste al paso del tiempo.

Hoy, nos encontramos de pie en tiempos donde se extingue lo humano y la máquina reemplaza al tejido y al cartílago en movimiento. Donde la idea y la motivación quieren ser desplazados por un «prompt» que genera, pero que no crea. Tinta, papel y dedicación son los elementos básicos de esta muestra, que a través de nueve estampas nos acercan a la técnica del grabado sobre linóleo, a la vez nos rodea de una amalgama de temas, tan diferentes y dispares entre si, como quienes participaron en este ejercicio de creación.